Mayo
de 1968. París y Montevideo. Una brevísima cronología (1) de las jornadas de
ese mes, nos da idea de acontecimientos que fueron historia. En París, el 3 de
mayo hay una manifestación de estudiantes en protesta contra la guerra de
Vietnam, en el Barrio Latino, convocada por la Juventud Comunista, la Unión de
Estudiantes Comunistas y otras fuerzas de izquierda. Se interrumpe el tránsito
en Bv. Saint Michel y en Bv. Saint Germain. Hay choques con la policía en los
días siguientes. El 13 de mayo se inicia una huelga en la fábrica Renault y los
obreros ocupan la planta. El 15 de mayo los estudiantes ocupan La Sorbona. Los
reclamos estudiantiles son diferentes según las facultades. En Letras, se
propone dar los exámenes inminentes en forma distinta de la tradicional: entre
los candidatos al diploma, quienes sean considerados dignos lo obtendrán
automáticamente, los otros se someterán a un examen escrito, y en caso de
fracaso, podrán presentarse a un examen oral. En Bellas Artes se discute el
“papel objetivo de la urbanística”, como de la arquitectura y el arte, en la
sociedad. En Medicina y Derecho se habla con insistencia cada vez mayor de
autonomía de la Universidad, de “administración directa de los enseñantes y de
los estudiantes”, de la revisión indispensable y profunda de los principios
pedagógicos de la enseñanza universitaria.
El 19 de mayo, desde todos los confines
del país llegan noticias de que los trabajadores ocupan empresas industriales.
Los obreros cuelgan en las puertas de las fábricas banderas rojas y, cantando
“La Internacional”, salen a las calles y plazas de las ciudades. Se anuncia que
el presidente Charles de Gaulle hablará a la nación. En su discurso del 24 de
mayo, De Gaulle reconoce la necesidad de reformas y, para llevarlas a cabo,
anuncia un referéndum en junio: si sale “No” dejará el gobierno, si sale “Sí”,
implementará las reformas con el respaldo del país. Como reacción al discurso,
el Secretario del Partido Comunista Francés declara que “el régimen gaullista
debe irse”. Continúan las manifestaciones violentas. Finalmente el 31 de mayo,
en un nuevo discurso, De Gaulle anuncia la disolución de la Asamblea Nacional y
pospone el referéndum porque no es posible realizarlo en el estado de
paralización del país. Acusa a grupos organizados de “intimidación e
intoxicación” del pueblo francés.
En Montevideo, el 11 de mayo se informa
que la policía apaleó a alumnos del Liceo Rodó y del Liceo Nº 11 del Cerro, que
salieron a expresar su oposición al aumento del boleto estudiantil, de $ 6 a $
10. Los liceales cortaron el paso de vehículos en Colonia y Convención, y luego
en 18 y Río Branco. El 15 de mayo continúan las manifestaciones. Se obstruye el
tránsito en 18 con bancos de la Plaza Libertad y se apedrean ómnibus de CUTCSA,
frente al Liceo Suárez. Al día siguiente, el presidente de CUTCSA da una
conferencia de prensa para informar sobre la situación deficitaria de los
servicios de transporte. Pero agrega que no hay motivos para la movilización
estudiantil con actividades disolventes y que, si entre los reclamos
estudiantiles se incluyen la nacionalización del transporte y la reposición de
un interventor en AMDET, se puede advertir la presencia de una organización que
no es esencialmente la de los estudiantes. El Intendente se reúne con delegados
estudiantiles, y el 17 de mayo el Director de Planeamiento afirma que el precio
del boleto se mantendrá, confirmándolo el Intendente dos días después. El 18 de
mayo estudiantes de UTU ocupan la sede de Arroyo Seco, reclamando una deuda de
$ 400 millones del Ministerio de Hacienda.
El 22 de mayo se ocupa el Instituto
Magisterial reclamando becas, comedor estudiantil y un 3º turno de cursos para
alumnos que trabajan y estudian. El 27 de mayo el Comité Universitario del Frente
Izquierda de Liberación publica las conclusiones de la Convención recién
realizada. La consigna es: “El Rescate de la Nación”. Y hace un llamado a la
juventud para que se levante y diga “no” a la deuda externa y al monopolio de
la banca, en manos de un pequeño grupo de 600 familias entrelazado con el voraz
capital extranjero. El 29 de mayo el Intendente anuncia la suba del boleto
urbano, pero el estudiantil se mantiene en $ 6, con un subsidio de 100 millones
del gobierno. Continúan las manifestaciones que bloquean 18 de Julio. El día 31
son dieciocho los liceos ocupados, junto con la sede de la UTU y el Instituto
Magisterial.
Con la perspectiva de los 50 años
transcurridos, se puede deducir que muchos de los reclamos estudiantiles son
justificables –en París y en Montevideo- por las circunstancias de los países
en esos años, pero no pasaron de mera fantasía detrás de la dura realidad de la
utopía marxista. Alexander Soltzhenitsyn escribió que existe una delgada línea
que atraviesa los corazones de los hombres y que divide en dos la realidad: se
llama “ideología”. Obreros y capitalistas, pobres y ricos, progresistas y
conservadores, explotados y explotadores, público o privado: en síntesis,
buenos y malos según cada una de las dos mitades a las que toque pertenecer.
Dos grandes ideologías han intentado dominar el mundo en los siglos XIX y XX:
la ideología liberal y el marxismo. Llegaron con 100 años de diferencia, a
cambiarlo todo, a generar una revolución que rompiera con el pasado y creara un
mundo nuevo. El mundo cambió, pero no por las ideologías, sino por el trabajo
lúcido de mucha gente, de arriba y de abajo, que se lanzaron a solucionar los
verdaderos problemas del mundo. Cinco años más tarde de los sucesos del 68, se
produce en Uruguay el golpe de Estado, cuyos efectos dolorosos continúan. Lo
mismo sucedió con la ideología liberal, cien años antes, que también condujo al
militarismo de Latorre y Santos. La enseñanza es que
cuando la sociedad logre librarse de las ideologías, podrá solucionar sus problemas
reales.
(1) Diario “El Popular”, ediciones de mayo de 1968.
Juan Carlos Carrasco
Ing. Industrial Mecánico
Master en Gobierno de Organizaciones
Artículo aparecido en el diario El Observador de Montevideo, el 5 de julio de 2018.